Pequeños empresarios latinos del noroeste hablan de las repercusiones arancelarias

Productos en el estante de uno de los supermercados Kabana King en Tri-Cities, WA. (Crédito: Redes sociales de Kabana King).
Productos en el estante de uno de los supermercados Kabana King en Tri-Cities, WA. (Crédito: Redes sociales de Kabana King).

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Entrar a la tienda de José Esparza en Portland, Oregón, es como hacer un pequeño viaje desde México hasta Sudamérica.

La tienda de Esparza, El Campesino PDX, vende productos de países latinoamericanos.

“Tenemos de diferentes países. Papa criolla colombiana, tenemos productos centroamericanos como el loroco, chiltepín; tenemos tostones; ñame, que eso lo busca mucho el nicaragüense, el costarricense”, describió Esparza.

El café guatemalteco se exhibe en las estanterías de El Campesino PDX. (Crédito El Campesino PDX).

El café guatemalteco se exhibe en las estanterías de El Campesino PDX. (Crédito El Campesino PDX).

La tienda también tiene yerba mate y dulce de leche argentinos, así como frutas y verduras congeladas muy conocidas en esas regiones del mundo.

Esparza, al igual que otros propietarios de pequeños supermercados en todo el país, ha seguido de cerca los cambios desde que la administración Trump comenzó a discutir los aranceles para productos de otros países.

Según la Americas Society/Council of the Americas, el 9 de abril el presidente Trump anunció que todos los países enfrentarían un arancel base del 10% durante 90 días.

Esparza dijo que sus proveedores aún no han aumentado los precios y han estado atentos a lo que pueda pasar con los aranceles, ya que los precios podrían cambiar.

 ”No sé si ahorita, ya a mediano plazo, por ejemplo, el producto peruano, el producto colombiano, el producto argentino puedan ser afectados ya un poquito más, más directamente”, comentó.

Esparza mencionó que hay incertidumbre. Lo ha visto entre sus compradores.

Además, afirmó que los proveedores no han querido comprar los mismos productos que estaban comprando porque piensan que los consumidores podrían cambiar su forma de gastar el dinero.

Alejandro Jiménez es el propietario del supermercado Kabana King, que tiene tiendas en Richland y Kennewick, Washington. Jiménez vende principalmente productos de México. Eso incluye artículos como la cerámica tradicional mexicana, pero la gente puede encontrar allí cosas de otros países.

Jiménez aseguró que los supermercados más pequeños podrían sentir la peor parte de los problemas arancelarios.

Tortillas sobre una mesa. (Crédito: Brent Hofacker / AdobeStock).

Tortillas sobre una mesa. (Crédito: Brent Hofacker / AdobeStock).

“Los pequeños negocios siempre hemos tratado de traer el producto que el cliente busca. Entonces, ya con esto de los aranceles, creo que se nos va a poner un poquito más difícil para todos”, indicó Jiménez. 

“Al final, el consumidor paga las consecuencias”, añadió.

Con los debates sobre los aranceles, Jiménez ha estado en contacto con sus proveedores, que buscan otros lugares donde abastecerse de sus productos por mejores precios.

Tanto el negocio de Esparza como el de Jiménez son pequeños y familiares. Ambos dijeron que el impacto de las decisiones económicas es diferente para ellos en comparación con las grandes cadenas de supermercados que traen productos similares al país.

“Si la gente va a una cadena de supermercados, la gente quiere venir aquí y encontrar ese mismo precio, cuando Walmart compra miles de dólares en el mismo producto…Es algo que la gente no entiende. Nosotros peleamos ahí con el margen”, manifestó Esparza.

Esparza explicó que los proveedores de sus productos suelen estar en la costa Este, en estados como Florida y Nueva Jersey, donde hay grandes comunidades latinas e hispanas. Las empresas de allí tienen distribuidores en la Costa Oeste, y esos distribuidores hacen llegar los productos a los empresarios del Noroeste.

Esparza también expresó que la presión recaería sobre el consumidor.

Si a mí me incrementan el 10 por ciento en algún producto, pues ese 10 por ciento no va a salir de mi bolsa. Igual el que me lo vende, no va a salir de su bolsa; él me pasa el incremento a mí y yo, pues le paso el incremento al cliente”, señaló Esparza.

Christopher Clarke, profesor de Economía en la Universidad Estatal de Washington, ha estado explicando temas como los aranceles a sus seguidores en sus redes sociales.

Clarke explicó que los aranceles son un impuesto sobre cualquier mercancía que entra en un país; similar a un impuesto sobre las ventas, solo que esos aranceles aplican a los bienes importados.

“Así que todos los insumos, la materia prima, todo lo que cruza esas fronteras ahora tiene un aumento de precio del 10% debido a los aranceles”, aclaró Clarke.

Clarke mencionó que el arancel mínimo del 10% actualmente en vigor se aplica a todo el mundo, independientemente de si Estados Unidos compra más a un país o si un país compra más a Estados Unidos.

 “El asunto con muchos países latinoamericanos es que en realidad compran más a Estados Unidos de lo que nosotros les compramos a ellos. Tenemos un superávit comercial con muchos países latinoamericanos”, dijo Clarke en inglés.

Una explicación básica de los aranceles sería que las empresas que importan artículos a Estados Unidos pagan este impuesto al gobierno estadounidense. Pero Clarke clarificó que la ecuación sería más compleja.

Las empresas de EE. UU. podrían intentar negociar el precio, lo que no sería necesariamente factible en un mercado competitivo.

El supermercado El Campesino PDX, ubicado en Portland, Oregón, tienen en sus estanterías producto de diferentes países latinoamericanos. (Crédito: El Campesino PDX).

El supermercado El Campesino PDX, ubicado en Portland, Oregón, tienen en sus estanterías producto de diferentes países latinoamericanos. (Crédito: El Campesino PDX).

La semana pasada, la senadora estadounidense Patty Murray se reunió con algunos empresarios del estado de Washington en Seattle, y habló sobre cómo los aranceles están afectando a las pequeñas empresas.

“La guerra comercial hamponil de Trump está amenazando los medios de subsistencia aquí en el estado de Washington”, aseveró Murray en una declaración escrita. “Las pequeñas empresas se están preocupando por si pueden mantener sus puertas abiertas sin despedir a la gente; las familias que ya están luchando para pagar las cuentas están preocupadas por el aumento de los costos en la tienda de comestibles, y nuestros agricultores están profundamente preocupados por los aranceles de represalia de otras naciones en respuesta a los aranceles de Trump”.

Jiménez, propietario de Kabana King, dijo que quienes toman las decisiones “deben tratar de hacer todo lo posible para arreglar esto de la mejor manera para el consumidor y para nosotros, los propietarios de pequeñas empresas”.