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Políticas migratorias y necesidades laborales: Aumenta dependencia de trabajadores H-2A en el Pacífico Noroeste

Blaine Smith es un productor de segunda generación que cultiva cerezas, peras y manzanas en Monitor, Washington, un pequeño poblado no incorporado lleno de huertos. Depende tanto de empleados locales como de trabajadores que vienen al país con visa H-2A para la temporada de cosecha.

Smith afirmó que este año la mano de obra ha sido escasa y que necesita a cada trabajador disponible. Tanto los productores como los trabajadores agrícolas temen que la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) pueda interrumpir la cosecha.

“Creo que todos han estado asustados por lo que está ocurriendo con ICE. Nosotros también tenemos miedo de no contar con recolectores, de que la gente no viaje. Normalmente recibimos muchos migrantes que vienen desde California. Todos hemos tenido miedo de que no se presenten”, expresó Smith.

A medida que cambian las políticas migratorias, los agricultores recurren al programa de trabajadores conocido como visa H-2A, una opción que les permite contratar legalmente a trabajadores de otros países. Con el aumento de las detenciones migratorias, crecen las preocupaciones entre empleadores y trabajadores locales.

Escasez de mano de obra deja fruta sin cosechar

Otro agricultor, Ben Buchholz, también enfrenta la falta de trabajadores a más de cien millas al sur de Monitor, en Wapato. Su propiedad agrícola ha producido cerezas, peras y manzanas desde la década de 1920. Al finalizar la cosecha de cerezas, comentó que no tuvo suficiente personal para recolectar toda la fruta.

El sector agrícola del estado de Washington actualmente genera más de 12,8 mil millones de dólares al año, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Aproximadamente, el 78 % de las huertas en Washington son operadas por familias y pequeños productores como Buchholz.

Trabajadores recogen cerezas temprano por la mañana en un huerto propiedad de Allan Brothers Fruit el miércoles 16 de julio de 2025, en Tieton, Washington
Evan Abell
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Yakima Herald
Trabajadores recogen cerezas temprano por la mañana en un huerto propiedad de Allan Brothers Fruit el miércoles 16 de julio de 2025, en Tieton, Washington

“Probablemente dejamos entre un 15 % y un 20 % en el árbol este año porque se ablandaron hacia el final de la cosecha”, dijo Buchholz.

Además, comentó que durante años su huerta contrató trabajadores locales, pero cada vez hay menos.

“Estamos llegando a un punto en el que solíamos contratar a 60 trabajadores migrantes que venían de México y luego regresaban. Ahora, quizás conseguimos 25, y este año incluso tuvimos menos de 25”, afirmó Buchholz.

Buchholz señaló que su propiedad es pequeña y que emplea trabajadores locales porque el programa H-2A es demasiado costoso para él.

Aunque los trabajadores H-2A están autorizados para trabajar legalmente en Estados Unidos, muchos, tanto con visa como indocumentados, se sienten inquietos.

Enrique Gastelum, director ejecutivo de la Asociación de Trabajadores y Agricultores (WAFLA, por sus siglas en inglés), una organización que coordina contratos laborales H-2A en todo el estado, indicó que no ha habido redadas generalizadas en Washington. Sin embargo, las detenciones selectivas y la desinformación en redes sociales están alimentando el temor.

“Cuando se empiezan a usar palabras como deportación masiva y redadas en lugares de trabajo, eso comienza a generar inquietud”, mencionó Gastelum.

El estado ha visto un aumento en las detenciones individuales selectivas. En los primeros cinco meses de la presidencia de Trump, los arrestos por parte de ICE aumentaron un 35 %.

El representante Dan Newhouse, republicano que representa al centro de Washington, reconoció los sentimientos de temor.

“Está teniendo un impacto y estamos trabajando con la administración. No podemos decirle al gobierno federal que no haga cumplir la ley; pero, sí podemos dirigir y enfocar nuestras actividades hacia aquellas personas que están haciendo cosas malas”, expresó Newhouse.

Aumentan solicitudes H-2A en el estado de Washington

Durante la última década, los estados del Pacífico Noroeste han solicitado más trabajadores H-2A para cosechar frutales.

Solo en Washington, los empleadores reportaron necesitar más de 37 mil trabajadores en 2025, una cifra que incluye toda la mano de obra, no solo empleos patrocinados con visa H-2A. Para junio de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional había aprobado poco más de 28 mil trabajadores H-2A para el estado. A nivel nacional, los empleadores solicitaron más de 333 mil puestos H-2A, de los cuales 317.408 fueron aprobados, según el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos.

Según Gastelum, se espera que más trabajadores H-2A lleguen a Washington hasta finales de septiembre. El número de trabajadores H-2A certificados, aquellos que reciben una visa para trabajar en una finca designada por un período determinado, se duplicó considerablemente entre 2017 y 2022 en Estados Unidos.

“El año pasado, tuvimos aproximadamente 36 mil puestos de trabajadores H-2A certificados por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos para venir a Washington y realizar labores agrícolas”, afirmó Bertha Clayton, directora de la Oficina de Fuerza Laboral Agrícola y Estacional del estado de Washington.

Esa oficina forma parte del Departamento de Seguridad en el Empleo (ESD, por sus siglas en inglés). Según el ESD, ha habido un aumento de más del 240 % en el número de trabajadores H-2A en Washington desde 2013.

El estado de Washington es uno de los principales solicitantes de trabajadores H-2A, después de Florida, Georgia y California. De acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, en los estados vecinos, Oregón tiene más de 20 mil trabajadores H-2A aprobados, e Idaho cuenta con más de 5.200 trabajadores para el año 2025.

Las solicitudes para el programa de trabajadores invitados son presentadas por empleadores que pertenecen a grandes contratistas de mano de obra agrícola o asociaciones de productores, con sede en una sola ubicación. Sin embargo, los trabajadores que reclutan pueden ser enviados a fincas en varios condados o estados. Los registros federales indican la dirección comercial del solicitante en lugar de cada lugar de trabajo individual, por lo que el alcance geográfico de las peticiones no siempre refleja dónde se despliega la mano de obra. Por ejemplo, WAFLA, con sede en Lacey, Washington, tiene más de 4.500 trabajadores H-2A aprobados, pero envía a esos trabajadores a huertas en todo el estado.

Gastelum señaló que la situación migratoria actual no ha provocado un aumento exponencial en las solicitudes de visas H-2A, pero sí han observado una mayor rigurosidad, incluso hacia trabajadores que han venido a Estados Unidos durante años.

Indicó que el Consulado de Estados Unidos está prestando más atención al historial de viajes de los solicitantes, si han excedido su tiempo de estadía anteriormente o si tienen familiares en el país. Esos podrían ser motivos para una revisión más exhaustiva.

Aun así, los agricultores han presentado más solicitudes de emergencia para trabajadores H-2A este año. Se trata de solicitudes aceleradas para contratar trabajadores agrícolas temporales bajo circunstancias excepcionales, como una escasez inusual de la mano de obra.

“Podríamos haber duplicado este año en Washington. Tal vez se presentaron entre 10 y 15 peticiones de emergencia, en comparación con cifras de un solo dígito en años anteriores”, dijo Gastelum.

Investigadores evalúan el impacto de las redadas de ICE en la mano de obra agrícola

Investigadores afirman que aún es temprano para observar los efectos directos a largo plazo de los cambios en la aplicación de leyes migratorias sobre la agricultura.

Jeff Luckstead, profesor en la Escuela de Ciencias Económicas de la Universidad Estatal de Washington, señaló que las redadas de ICE podrían provocar otro éxodo de trabajadores indocumentados, similar al ocurrido durante la Gran Recesión de 2008, lo que pondría a los agricultores en una situación difícil.

Cuando los inmigrantes regresaron a sus países tras la recesión, los agricultores enfrentaron una escasez de mano de obra que redujo la fuerza laboral y dificultó cubrir esos puestos de trabajo en el campo.

Luis Roberto Monrreal, un trabajador H-2A, recolecta peras Bartlett en un huerto de Bountiful Farms en Cashmere, Washington.
Jacob Ford
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Wenatchee World
Luis Roberto Monrreal, un trabajador H-2A, recolecta peras Bartlett en un huerto de Bountiful Farms en Cashmere, Washington.

Clayton, directora de la Oficina Estatal de Servicios para la Fuerza Laboral Agrícola y Estacional, señaló que, además de la inmigración, otros factores como la edad y el hecho de que los trabajos agrícolas ya no se transmiten de generación en generación también están afectando a la fuerza laboral.

Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), cada vez menos inmigrantes jóvenes trabajan en el sector agrícola, lo que eleva la edad promedio de los trabajadores agrícolas nacidos en el extranjero y, en consecuencia, la edad general de la fuerza laboral en el campo.

“Simplemente hay una base más reducida, así que van a tener que depender cada vez más del programa H-2A. Podría ser el punto de inflexión en el que los agricultores dependan más intensamente del programa H-2A”, explicó Luckstead.

Luckstead también indicó que los trabajadores indocumentados están buscando empleos en otros sectores que ofrecen mejores salarios y condiciones laborales más fáciles, lo que contribuye a la reducción del número de trabajadores disponibles.

Actualizaciones legislativas para revitalizar la industria

Newhouse y el representante Glenn ‘GT’ Thompson (republicano por Pensilvania), presidente del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, realizaron recientemente reuniones en Prosser y Yakima. Allí, escucharon inquietudes sobre temas agrícolas, incluidas la escasez de trabajadores, los costos del programa H-2A y llamados para revitalizar la industria.

El representante Dan Newhouse
Evan Abell
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Yakima Herald
El representante Dan Newhouse

El lúpulo para la elaboración de cerveza es uno de los cultivos que se producen en el centro de Washington. Brian Crawford, presidente y director ejecutivo del Beer Institute, señaló que los productores comprenden el objetivo de la actual administración Trump de asegurar la frontera, pero también reconocen la necesidad de una reforma migratoria integral.

“Es un tema delicado y se ha vuelto aún más intenso debido a algunas noticias nacionales que estamos viendo. Creo que la industria cervecera, la industria del lúpulo y los agricultores deben alzar la voz y decir: ‘ya basta’. Hay que resolver esto y trabajar juntos, demócratas y republicanos, para lograr resultados”, manifestó Crawford.

Newhouse y Thompson afirmaron que fortalecer el sector agrícola es una cuestión de seguridad nacional.

“Realmente hemos dejado claro ante la administración que no podemos generar inseguridad alimentaria; debemos garantizar certeza y continuidad en términos de fuerza laboral. Sin trabajadores, nuevamente, eso es inseguridad alimentaria, lo cual equivale a inseguridad nacional”, indicó Thompson.

Newhouse, quien también tiene una propiedad agrícola cerca de Sunnyside y es exdirector del Departamento de Agricultura del Estado de Washington, ha reintroducido una propuesta legislativa bipartidista de 2019: la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola. Esta legislación busca actualizar el programa de visas H-2A, crear más vías legales para trabajadores agrícolas y establecer un sistema nacional de verificación electrónica para el empleo agrícola.

La propuesta también reformaría el proceso de solicitud para trabajadores temporales, modificando el cálculo salarial del programa H-2A y permitiendo a los empleadores presentar una sola solicitud para múltiples temporadas. Además, Newhouse propuso un programa piloto que otorgaría estatus especial a hasta 10.000 trabajadores, permitiéndoles trabajar para cualquier empleador registrado en el programa H-2A sin necesidad de una petición individual.

Trabajadores seleccionan cerezas defectuosas de un contenedor a primera hora de la mañana en un huerto propiedad de Allan Brothers Fruit el miércoles 16 de julio de 2025, en Tieton, Washington.
Evan Abell
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Yakima Herald
Trabajadores seleccionan cerezas defectuosas de un contenedor a primera hora de la mañana en un huerto propiedad de Allan Brothers Fruit el miércoles 16 de julio de 2025, en Tieton, Washington.

En junio, la administración Trump estableció una nueva oficina en el Departamento de Trabajo de Estados Unidos para facilitar el acceso a visas laborales, incluyendo los programas H-2A. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), esta oficina agilizará el formulario de solicitud, las regulaciones y el proceso digital de aplicación para los agricultores.

Esta medida se tomó poco después de que Trump declarara en redes sociales, en junio, que la política migratoria agresiva estaba “quitando muy buenos trabajadores” de las huertas y hoteles, cuyos empleos eran “casi imposibles de reemplazar”. Trump hizo un llamado para proteger a los agricultores, señalando que se avecinan cambios. Poco después de esa publicación, ICE anunció que suspendería las redadas en esos lugares. Sin embargo, según un informe de The Washington Post, el Departamento de Seguridad Nacional revirtió la suspensión anunciada por Trump.

Los agricultores afirman que necesitan una mejor solución

Para productores como Buchholz en Wapato, el programa H-2A resulta demasiado costoso.

“Hay un lado negativo, ¿verdad?, en cómo lo estamos manejando. Tal vez H-2A, tal vez simplemente haya que gastar ese dinero y seguir ese camino, pero creo que eso probablemente llevaría a la huerta a la quiebra en este momento”, comentó Buchholz.

El trabajador H-2A Rodrigo Sánchez recolecta peras Bartlett en un huerto de Bountiful Farms en Cashmere.
Jacob Ford
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El trabajador H-2A Rodrigo Sánchez recolecta peras Bartlett en un huerto de Bountiful Farms en Cashmere.

Actualmente, el salario de los trabajadores H-2A supera el salario mínimo estatal.

La Tarifa de Salario por Efecto Adverso, que establece el pago mínimo para los trabajadores agrícolas H-2A, ha aumentado un 36 % desde 2018, alcanzando los $19,82 por hora en 2024, superando el salario mínimo de Washington, que es de $16,66. Además del salario, los productores deben cubrir los costos de alojamiento, transporte y tarifas de visa.

“Un agricultor puede gastar entre $3.000 y $6.000, $7.000, dependiendo de si presenta la solicitud por su cuenta o si utiliza un agente como WAFLA o incluso un abogado, ¿verdad?, dependiendo de cuáles sean esas tarifas por servicios”, explicó Gastelum.

“Eso es solo para redactar la solicitud, asegurarse de que cumpla con los requisitos legales, que tenga todo lo necesario, y luego lograr que sea aprobada”, añadió.

Trabajadores agrícolas cargan escaleras tras recoger cerezas a primera hora de la mañana en un huerto propiedad de Allan Brothers Fruit, el miércoles 16 de julio de 2025 en Tieton, Washington.
Evan Abell
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Trabajadores agrícolas cargan escaleras tras recoger cerezas a primera hora de la mañana en un huerto propiedad de Allan Brothers Fruit, el miércoles 16 de julio de 2025 en Tieton, Washington.

USDA estima que otros costos diversos relacionados con el alojamiento y los servicios básicos para trabajadores migrantes pueden oscilar entre $9.000 y $13.000 por trabajador.

Encontrar suficientes manos en el campo para completar la cosecha se ha vuelto aún más difícil para algunos agricultores. Para poder terminar la cosecha, aproximadamente la mitad de la fuerza laboral de Smith está compuesta por trabajadores H-2A.

“No ha venido nadie a tocar nuestra puerta buscando trabajo. He escuchado de encargados de campo y productores que este año la situación laboral está muy ajustada”, dijo Smith.

También, comentó que la incertidumbre en torno a la frontera y la aplicación de leyes migratorias han puesto nerviosos tanto a los trabajadores como a los agricultores. Cree que los productores necesitan un programa accesible y asequible para retener mano de obra calificada.

“Los agricultores están nerviosos, al igual que los trabajadores. Todos nos necesitamos mutuamente y necesitamos algún tipo de buena solución”, expresó Smith.

Este es el primer artículo del proyecto “Cosecha en la encrucijada: Cambios migratorios impactan la agricultura y las comunidades del Noroeste”. Esta es una colaboración entre Northwest Public Broadcasting, El Sol de Yakima y el Yakima Herald-Republic. Este proyecto es financiado por el Instituto Poynter.

Johanna Bejarano is a bilingual journalist and communications professional with more than 15 years of experience. She gained valuable experience in Colombia, her home country, working as a collaborator for Diario Occidente, a regional newspaper, reporting about social issues affecting communities in the Southwest regions of Cauca and Valle de Cauca.
Renee Diaz, part of the first cohort of Murrow Fellows, provides increased bilingual coverage of civic and municipal issues in Wenatchee, for the Wenatchee World, partnering with Northwest Public Broadcasting.