Industria del vino en Washington abre caminos para ser más diversa

David Rodríguez es el dueño de Enodav Wine Company. Crédito: Johanna Bejarano.

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Las comunidades hispanas han sido por años parte fundamental de la industria vitícola en Washington. Historias de emprendedores y trabajadores en los campos se difunden a través de “Abriendo caminos”, un programa bilingüe de la Comisión del Vino de Washington que muestra una industria en esencia diversa.  

Cuando los trabajadores hispanos se escuchan a sí mismos contando sus historias hay emoción dice Rosanna Lugo, especialista de Recursos Humanos y Cumplimiento de Normativa en Seven Hills Vineyard en Walla Walla.  

“El trabajo que hacemos viene de nuestro corazón y darles la oportunidad de ver el trabajo por medio de sus historias, el orgullo que sintieron, la felicidad que sintieron; realmente la sorpresa, porque nos decían cómo que quieren saber de nosotros”, dice Lugo.  

A través de las historias se reconoce que los trabajadores agrícolas son la olumna vertebral de la industria dice Sadie Drudy, presidente de la Comisión del Vino de Washington. 

“Me entusiasmó desde el principio, ya sabes, contar la historia de la gente que cultiva las uvas haciendo el trabajo y lo que hace la industria del vino. Las voces que no se ven ni se oyen”, dice Drudy.  

Textos y videos en inglés y en español van más allá de la traducción. Lugo dice que su producción implica romper barreras y establecer una conexión cultural. 

“Al principio era un poco difícil, porque nosotros no estamos acostumbrados a hablar de nosotros mismos”, comentó Lugo. 

Después, hablar de sus orígenes, su trabajo y sus familias se convirtió para muchos en motivo de alegría y estimuló la participación de otras personas, añadió Lugo.  

Las historias también muestran a los vinicultores hispanos que se abren paso en la industria. Su presencia modifica la percepción de una industria con predominio caucásico. 

David Rodríguez, por ejemplo, es el dueño de Enodav Wine en Zillah, Wash. Rodríguez contó que se relacionó con el vino desde niño en su natal México. Después amplió su conocimiento estudiando en Argentina y Estados Unidos. 

Rodríguez piensa que existen barreras del lenguaje y económicas que pueden prevenir que los hispanos incursionen en la industria. Sin embargo, él dice que abrirse paso es posible.  

“He visto muchísimo impulso hacia la diversificación de las culturas dentro de la misma industria que eso es muy bueno. No estamos donde quisiéramos estar, pero para allá vamos”, dice Rodríguez.   

Rodríguez cree que su identidad hispana está presente de alguna manera en la singularidad de sus vinos, pero quizá lo que más refleja la conexión con sus raíces es el trabajo duro y la presencia de su familia como parte fundamental de la empresa.

s de 350 vinicultores conforman la industria del vino en Washington, de acuerdo con un informe de Washington Wine Growers. El informe no especificaestadísticas de cuantos de ellos son hispanos.