Con programas educativos, ayudan a refugiados a construir un nuevo camino

B5 Family Learning Center
Un estudiante trabaja en algunos ejercicios de escritura durante una clase de inglés en B5, en Kennewick. (Crédito: Johanna Bejarano / NWPB).

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Empezar de nuevo en otro país no es fácil, pero una organización del sureste de Washington ayuda a las familias de refugiados a crear un camino hacia el éxito a través de la educación.

Shahzada Durani es un refugiado de Afganistán. Lleva un año y medio viviendo en Tri-Cities. Durani extraña su país natal y a los seres queridos que dejó atrás.

“Tengo una gran familia en Afganistán. Aquí en Estados Unidos sólo estoy yo y mi mujer, mis hijos. Mi familia más cercana está allí. Aquí es realmente un poco duro para mí”, dijo Durani en inglés.

Durani es uno de los cientos de estudiantes que han encontrado ayuda en B5, una organización que ofrece programas a familias de refugiados.

“La primera vez que vine aquí al B5 mi nivel de inglés era cero. El primer día mi profesor me dijo: ‘What is your name’; no lo entendí. Ahora mismo, quizá mi nivel de inglés sea del 20%”, recordó Durani.

Durani cree que B5 es muy importante para los refugiados.

Theresa Roosendaal es la directora ejecutiva de B5 en Kennewick.

“Estamos viendo llegar gente de Myanmar. Algunas personas de la comunidad rohinyá están empezando a venir aquí. Sudaneses, sirios, gente de la República Democrática del Congo, y luego muchos de nuestros amigos hispanos de Colombia, Venezuela, El Salvador, Honduras, diferentes países”, mencionó Roosendaal en inglés.

Laritza González, su esposo y su hijo vinieron de Cuba. Lleva seis meses aprendiendo inglés en B5.

“La teoría del inglés la aprendes en tu país. Yo aprendí cuando estaba en la universidad, pero no es lo mismo”, dijo González.

González piensa que lograr la confianza para hablar es la parte más difícil en el proceso de aprendizaje del idioma, pero ayudar a su hijo es su principal motivación para salir adelante.

“Las rutinas diarias te obligan a superarte, a estudiar, para poderle dar a ese pequeño que te pregunta, que está hambriento de conocimiento”, dijo González.

Lois Douglas es profesora de inglés como segunda lengua.

“Me encanta encontrar lo que tenemos en común; que incluso cuando es muy difícil comunicarse, todavía tienes estos momentos humanos reales y te das cuenta de que tenemos mucho más que compartir que lo que nos separa”, dijo Douglas en inglés.

Según Roosendaal, el programa ayuda a derribar algo más que las barreras lingüísticas.

“De lo que no nos damos cuenta es de esas otras cosas que son tan difíciles, porque tenemos una forma de hacer la vida muy organizada y sistematizada”, dijo.

Roosendaal dijo que los recién llegados tienen que hacer citas, papeleo para las agencias gubernamentales o incluso obtener una licencia de conducir, y B5 les ayuda a navegar por estos procesos.

B5 existe desde 2008. Roosendaal contó que empezó después de que ella fuera mentora de familias de Myanmar y Corea.

“Hace ya 15 años. Fueron los primeros coreanos que llegaron a la zona de Kennewick”, rememoró Roosendaal.

Llegaron más familias de refugiados a Kennewick, y un antiguo alumno ayudó a apoyarlas y acogerlas, recordó Roosendaal.

“Alquilamos un apartamento en el complejo donde vivían la mayoría de las familias. Sabíamos que, si podíamos trabajar con él allí, mitigaríamos la barrera del transporte”, dijo Roosendaal.

B5 Community Learning Center

Una imagen del modelo del nuevo edificio del Centro Comunitario B5 que se está construyendo en Kennewick. (Crédito: B5).

Ahora, la organización está creciendo. Dentro de un año el equipo espera estar en una sede tres veces más grande que la actual, afirmó Roosendaal.

El nuevo espacio contará con una zona de actos comunitarios, un laboratorio informático y servicios de guardería.

Douglas dijo que este nuevo espacio será una forma de servir más a la comunidad.

“Esperamos que nuestros estudiantes que viven aquí, en estos apartamentos, puedan pensar en el nuevo centro B5 como un lugar donde reunirse con sus amigos”, dijo Douglas. “Queremos que puedan utilizarlo como si fuera el patio de su casa”.

El edificio estará situado cerca del Boys and Girls Club de Kennewick, en la misma comunidad en la que B5 lleva años trabajando.

Roosendaal dijo que la organización ha recaudado dinero durante un par de años para alcanzar el objetivo de reunir 2,1 millones de dólares para el nuevo proyecto. El 90% de los fondos están asegurados.