Los agricultores del Pacífico Noroeste reportan escasez de mano de obra local. Este aspecto, junto con los cambios en las políticas de inmigración y el temor de algunos trabajadores locales a ser detenidos por la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ha llevado a una creciente dependencia del programa de visas temporales de trabajo H-2A.

En el centro de Washington, los trabajadores agrícolas locales sienten un creciente miedo e incertidumbre. Ellos dicen que las políticas migratorias federales están transformando la fuerza laboral del sector. Muchos de estos trabajadores locales, la gran mayoría de ellos nacidos en el extranjero, temen perder horas de trabajo y ser desplazados por el creciente flujo de trabajadores con visas H-2A, o, peor aún, ser detenidos.

La intensificación de la aplicación de las leyes migratorias en el Pacífico Noroeste está causando miedo y separación familiar entre algunos trabajadores agrícolas. El número de detenidos en centros como el de Tacoma ha aumentado, lo que ha llevado a muchas personas a optar por la salida voluntaria tras meses de detención. Esta “decisión imposible” se debe a la falta de opciones de fianza y a la imposibilidad de resolver sus casos rápidamente. La situación ha obligado a personas sin antecedentes penales a abandonar el país, seguidas por sus familias, para evitar órdenes de deportación más restrictivas y mantener unidos a sus seres queridos.

Las medidas específicas de control de la inmigración afectaron a las comunidades del noroeste durante la temporada de cosecha, aunque no se realizaron redadas masivas en los campos. Esto ha generado miedo e inseguridad, así como un impacto en la vida social y económica de las comunidades hispanas y latinas. Sin embargo, líderes de la industria agrícola dicen que es difícil medir el impacto que los cambios en las leyes migratorias han tenido en los resultados de la cosecha, ya que estos dependen de muchos factores.