Investigan impacto de COVID persistente entre latinos en WA

Leo Morales, University of Washington Latino Center for Health co-director.
El doctor Leo Morales es el codirector del Latino Center for Health de la Universidad de Washington. (Crédito: Tela Moss / NWPB).

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Un grupo de investigadores está estudiando el COVID persistente en el estado de Washington. Ellos preguntaron a pacientes hispanos y/o latinos/as/x/e si habían tenido síntomas de COVID prolongado y sus respuestas demostraron que un poco más del 40 por ciento sí los han padecido.

Esta es la segunda parte de una serie sobre el COVID persistente en el Valle de Yakima, que fue realizada en colaboración con palabra, el medio multiplataforma de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos – NAHJ.

PRIMERA PARTE: COVID está lejos de terminar para algunos latinos.

TERCERA PARTE: Pacientes de COVID persistente necesitan más recursos en el centro de Washington.

En el condado de Yakima, donde se encuestó a más personas, algunos dicen que no se habla mucho de este síndrome.

El doctor Leo Morales es el codirector del Latino Center for Health de la Universidad de Washington. Él, junto con otro grupo de investigadores, realizó una encuesta para averiguar si los latinos/as/x/e podían estar afectados por el COVID persistente. Morales presentó los resultados en noviembre en Toppenish, en el valle de Yakima, en Washington.

Doctor Leo Morales, co-director of the University of Washington Latino Center for Health.

El doctor Leo Morales, codirector del Latino Center for Health de la Universidad de Washington. (Crédito: Johanna Bejarano / NWPB)

“Lo que encontramos fue que alrededor del 40% reportó tener nuevos síntomas persistentes de una duración de tres meses o más, lo que significa criterios para el COVID persistente”, dijo Morales en inglés.

Los investigadores encuestaron a hispanos y latinos/as/x/e de 19 condados de las zonas oeste, centro-sur y este de Washington. Los encuestados eran pacientes de Sea Mar Community Health Centers y Yakima Valley Farmworkers Clinic.

Los resultados evidencian que la fatiga, el dolor muscular, la ansiedad y la dificultad para dormir son los síntomas prolongados predominantes. 

Morales afirmó que los datos muestran que las latinas son más propensas a reportar síntomas de COVID persistentes.

“Esto es coherente con otras investigaciones que muestran que las mujeres son más propensas a tener COVID persistente que los hombres”, mencionó Morales.

También aseguró que el COVID persistente, al igual que el COVID regular, no afecta a todas las personas de la misma manera.

“Hay diferentes patrones de síntomas y probablemente están relacionados con su edad y qué comorbilidades, qué otras enfermedades, pueden tener”, dijo Morales.

El doctor Julián Pérez es médico de familia en Sea Mar Community Health Center de Seattle. Pérez dijo que, entre sus pacientes, el COVID persistente se manifiesta de diferentes maneras.  

“Veo tos, dificultad para respirar con el trabajo o el ejercicio, dolores de cabeza, fatiga, dolores corporales que no desaparecen, ansiedad y depresión. Esas son las presentaciones más comunes que veo entre mis pacientes, y la mayoría de mis pacientes son hispanohablantes, latinos”, dijo Pérez en inglés.

Morales dijo que los datos de su estudio proceden de una muestra significativa, pero que los investigadores siguen estudiándolos.

“Los datos que compartimos se basan en las personas que respondieron la encuesta. Es importante tomar esto como un estudio, y un estudio con limitaciones. No todas las personas de las comunidades latinas son pacientes de estas dos clínicas”, explicó. 

Morales dijo que los investigadores deben sopesar los datos para encontrar hallazgos más representativos de la muestra.

Pérez dijo que el COVID persistente está infradiagnosticado.

“Nosotros, en el último año, tocamos 283.000 vidas, pero sólo se hicieron 182 diagnósticos de COVID persistente. Lo que esto significa para mí es que la mayoría de los proveedores médicos y de salud mental no identifican lo que la gente está pasando como COVID persistente”, dijo Pérez.

En opinión de Pérez, eso representa un porcentaje muy bajo de lo que realmente podría estar pasando en la comunidad.

Illustration: A women wait in a doctor's office.

Una mujer espera en la sala de un consultorio médico. (Ilustración: Rocío Benavides / NWPB).

Victoria es una paciente de COVID persistente en Sunnyside. Ella prefirió permanecer en el anonimato y no utilizar su nombre real en este informe. Ella dijo que no todo el mundo entiende lo que ha estado experimentando.

Ella se contagió de COVID, no una, sino dos veces, y desde hace meses-dijo-ha estado lidiando con fatiga extrema, falta de claridad mental y una tos crónica.

“Visitas tras visitas al médico, intentaba algo para mis alergias, pero funcionaba por unos dos meses y ya, volvía la tos y yo no tengo ninguna prueba, porque es difícil tener pruebas de Long-COVID, pero yo conozco mi tos y mis alergias y yo sabía que era diferente”, dijo Victoria.

Como profesional de la salud, Victoria mencionó que estudió mucho y tuvo que ser su propia defensora. Ella dijo que, en este momento, el COVID persistente es un síndrome de autodiagnóstico para la mayoría.

“Es un autodiagnóstico porque es notar un cambio. Tienes que saber cómo eras antes y cómo eres ahora”, aseguró Victoria.

Pero no todo el mundo nota estos cambios, dijo, incluidos sus padres. Según dijo, ellos han estado más cansados y con dolores de cabeza; todo nuevo, después de COVID.

“Le digo a mi papá que eso es y su respuesta es silencio. Mi mamá dice que no, que ‘tienes que descansar’, todas las soluciones, pero no hablando de por qué nos sentimos así”, comentó Victoria.

 
A COVID vaccine clinic in Granger, WA.

Un residente local del Valle de Yakima recibe la vacuna contra el COVID en una clínica de vacunación en Granger, Washington, el 20 de noviembre de 2023. (Crédito: Annie Warren / NWPB).

Antonio Hernández, un trabajador agrícola de la zona de Mabton, dijo que muchos ni siquiera han oído hablar del COVID persistente.

“Nunca ha habido nada de esas platicas, no. Nada más puras secuelas así de la garganta, que les queda como resequedad en su garganta, así secuelas, pero no otras enfermedades, no “, dijo Hernández.

Hernández fue recientemente a una clínica de vacunación de COVID en Granger. Para él, vacunarse es importante. No quiere volver a enfermar, como les ocurrió a él y a su esposa en 2020.

“Estuvo intubada siete días. A los siete días la revisaron bien y le quitaron los tubos, porque podía respirar bien por sí sola, pero era muy grave. Me pasé el tiempo solo en casa con remedios caseros, haciendo infusiones calientes y remedios puramente caseros, pero sí que parecía muy grave”, dijo Hernández.

COVID vaccine advertisement in Granger, WA

Un letrero anuncia una jornada de vacunación contra el COVID en Granger (Crédito: Annie Warren / NWPB).

También dijo que algunos de sus compañeros de trabajo se vieron afectados por la pandemia.

“Muchas personas enfermaron durante este periodo. Muchos se recuperaron y muchos murieron también”, dijo Hernández.

Victoria dijo que, para los pacientes, la esperanza de recibir tratamiento para el COVID persistente depende de que su médico de cabecera los diagnostique. Por ahora, hay poca información y aún menos recursos en la región agrícola más afectada del valle de Yakima, en el corazón de Washington.


Este reportaje es una colaboración entre Northwest Public Broadcasting y palabra, la plataforma multimedia de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos.

Johanna Bejarano, de NWPB, trabajó con Lygia Navarro, periodista de palabra. Este es el segundo de una serie de artículos de colaboración sobre el impacto del COVID persistente en el centro de Washington.