A los 83 años, José es oficialmente ciudadano estadounidense

José Tapia superó las barreras y se convirtió en ciudadano estadounidense. Foto: Cortesía de Koraima Tejada.

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Johanna Bejarano, de NWPB, informa sobre una experiencia hispana de naturalización . (Duración: 3:59)

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Según datos de la Universidad del Sur de California, en el condado de Yakima hay 12.000 inmigrantes adultos que pueden obtener la ciudadanía. El 94% son hispanos. José Tapia se convirtió en ciudadano estadounidense en marzo, a los 83 años.

El rostro de José Tapia revela una tímida sonrisa.

En una foto, sostiene una bandera y un certificado que demuestra que finalmente es ciudadano estadounidense.

Tapia nació en un rancho de Tumbiscatío, en Michoacán, México.

Tras quedar huérfano, sus familiares lo criaron.

Empezó a trabajar en su país de origen a una edad muy temprana. 

Luego, pisó suelo estadounidense por primera vez al final de sus veinte.

“Yo trabajé mucho aquí en los Estados Unidos piscando naranjas en Florida, piscando manzanas aquí, en California. Casi conozco más en los Estados Unidos que en mi país”, dice Tapia.

Él dice que iba constantemente a México y volvía por trabajo.

“Y nunca aprendí inglés. Pues siempre trabajando allá con puros mexicanos y la mera verdad yo creo que no hice todo el propósito de hacerlo”, dice.

En los años 90, volvió a México y luego regresó a EE. UU. hasta que obtuvo la MICA, como él llama a la tarjeta verde que confiere el estatus de Residencia Legal Permanente.

Muchos trabajadores agrícolas obtuvieron su Residencia Permanente Legal en 1990 tras la Ley de Reforma y Control de la Inmigración de Reagan en 1986. Ya no es tan fácil.

A lo largo de los años, José Tapia y su esposa tuvieron siete hijos; dos de ellos viven en EE. UU. De su hogar, también nacieron al menos 19 nietos y cinco bisnietos. Solo cuatro de sus nietos y uno de sus bisnietos viven en Estados Unidos.

Su hija, que se hizo ciudadana el pasado mes de noviembre, y su nieta Koraima Tejada, le ayudaron a superar su miedo a presentar el examen de ciudadanía.

“Pero pues también mis hijas dijeron, ‘no, pues vente y échale ganas y estudia y vas a salir adelante’ y dije bueno, como no, si todos lo hacen, porque no lo voy a hacer yo”, cuenta. 

José Tapia tomó el programa de ciudadanía en La Casa Hogar, una organización del Valle de Yakima que conecta a las familias latinas. Su nieta es becaria allí. Ella está estudiando para convertirse en representante acreditada para prestar servicios legales de inmigración a la comunidad hispana en Yakima, Washington.

“Mi nieta me trajo las preguntas, yo me puse a estudiarlas y de volada me las aprendí”, dice Tapia.

Los inmigrantes mayores de 50 y 55 años que llevan 15 o 20 años en Estados Unidos de forma legal o más pueden estar exentos de hacer el examen en inglés.

José Tapia superó la prueba con facilidad.

Eilish Villa es la Directora de Servicios Legales de Ciudadanía de La Casa Hogar. Ella dice que muchos inmigrantes tienen más miedo que José.

“Hay barreras psicológicas. Este sistema de migración es violento y la gente teme a este sistema”, dice Villa. 

También está la barrera del idioma.

“Muchas personas les cuesta aprender el inglés que es necesario para la entrevista y hasta cuando si hablan bien el inglés tienen miedo y tienen pena”, dice Villa.

La falta de dinero es otra limitación. Mientras que algunas organizaciones ofrecen asistencia a bajo costo, otras cobran entre 1.000 y 2.000 dólares por presentar una aplicación.

El proceso de obtención de la nacionalidad puede llegar a costar 2.000 o 3.000 dólares, dinero que la gente no tiene.

Por último, puede haber una resistencia cultural a hacerse ciudadano. Roberto Soto también es becario en La Casa Hogar.

“Mis papás duraron más de 20 años con sus MICAs, porque mi papá creía, y muchos de los hispanos creen, que si se hacen ciudadanos pierden sus raíces y él no quería traicionar de cierta manera su país”, dice Soto.

En una declaración por correo electrónico, Anita Ríos Moore, Oficial de Supervisión de Asuntos Públicos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, USCIS, dice que “la administración Biden-Harris está comprometida en hacer que el proceso de naturalización sea acogedor y accesible para todos los que son elegibles”.

Según el comunicado, esto forma parte de los esfuerzos por restaurar la fe en el sistema de inmigración legal.

“En línea con eso, el 2 de julio, USCIS anunció una estrategia interinstitucional para promover la naturalización y esto incluye una reciente visita del director de USCIS, Ur M. Jaddou, al Valle Central de California para reconocer el Día de César Chávez y el alcance a la comunidad hispana de esta área a través de la asociación con los Trabajadores Agrícolas Unidos de América y entrevistas en programas de radio con Radio Campesina”, dice Ríos Moore.

Estas son acciones que USCIS ha tomado para reducir las barreras frente a la naturalización y promover la ciudadanía, dice Ríos Moore.

Los familiares más jóvenes y los defensores de los inmigrantes reconocen la importancia de la ciudadanía, especialmente para el derecho al voto.

Ahora José Tapia también lo hace.

“Más seguro, me siento. Me siento bien como quiera, me siento tranquilo y le doy gracias a Dios que lo logré”, dice Tapia.

Este reportaje fue producido con la ayuda del Cuerpo de Redactores de la Asociación de Periodistas de Medios Públicos, financiado por la Corporación para la Difusión Pública, una corporación privada financiada por el pueblo estadounidense”.

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